martes, marzo 28, 2006

¿Cómo se escribe un poema?

Eso me lo han preguntado muchas veces. La respuesta, al estilo consultor, es: depende.

No tengo una receta única. A veces el poema me sale en muy poco tiempo, en un torrente de creatividad....y otras veces estoy atascado en la primera estrofa, arreglando un verso que cojea, que lo dejo para otro día en el que esté más lúcido.

Os dejo un poema mío que salió publicado en el concurso de La Vanguardia. Está en catalán, pero creo que se entiende bien aunque no sepáis la lengua. Si me equivoco, para eso están los comentarios.

Calaix desastre

Tres postals de la teva illa maleïda
Un bitllet trencat, un clauer de fusta
La meva ploma optimista i lletraferida
Cinc monedes i una ferida injusta

Una carta d'amor, no segellada
escrita amb la meva ma tremolosa
Un peluix vell i trist, la teva arracada
trobada sota el meu llit una nit calorosa

Una llibreta malenconiosa i austera
Dues entrades de cinema, sessió golfa
Un "no m'oblidis", regal d'una altra era
Un rellotge espatllat i una ànima orfe

Dues esquerdes del meu cor trencat
Una foto teva amb mirada de xai
Un gra d'esperança, mig amagat
i un "Adéu" que no s'oblida mai

jueves, marzo 23, 2006

La voz de Malí

Quiero presentaros una voz privilegiada, uno de esos cantantes que personifican la música. Y si es relativamente desconocido para el gran público, más razón, si cabe.

Salif Keita, nacido en Malí en 1949. Hijo de una familia descendiente directamente de los fundadores del reino de Malí. Su propia familia lo rehuyó, por su condición de albino, símbolo de mala suerte en la cultura de la que proviene. Con veinte años ya empezaba a cantar en un grupo.

A partir de los ochenta su trabajo se dió a conocer más allá de Malí. Sus últimos albumes, Mouffou y M'Bemba son todo un recital de su poderosa y a la vez suave voz. Os recomiendo "Yamoré", un dúo con Cesária Évora, otra cantante de las que marcan.

sábado, marzo 11, 2006

Eternidades

Un precioso poema de Juan Ramón Jiménez



Vino primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.

Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!

Más se fue desnudando
y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

viernes, marzo 10, 2006

Bolitas de colores

El viernes pasado fui por primera vez a jugar paintball, ese juego que consiste en simular la batalla con armas cargadas de bolitas de pintura. El origen del juego es curioso: dos granjeros americanos, aburridos de marcar vacas con las pistolas de pintura, decidieron darles un uso más lúdico.

Mis impresiones:

  • el tiempo sufre una compresión brutal: los diez minutos de una batalla parecen uno

  • la desorientación es total: tu visión del mundo se reduce a los 50 centímetros a cada lado

  • la subida de adrenalina y la euforia acompañante lo hace todo mucho más divertido

  • la coordinación se vuelve inexistente entre los compañeros del equipo, a no ser que ya estén experimentados en el paintball


Hmm..esta última impresión me ha hecho entender porque las columnas de milicianos voluntarios en cualquier revolución resultaron tan poco eficaces...

En fin, aquí tenéis una foto de mi equipo: