miércoles, septiembre 29, 2004

Colecciones inútiles

Ya llegó el otoño. Y con él, las consabidas colecciones inútiles con las que nos obsequian los quioscos. Reconozco que a veces compro algún objeto curioso de la primera entrega de alguna colección, pero es indudable que hay una inflación de fascículos siempre que se aproximan estas fechas.

- Colección de libros del autor Fulanito de Tal. Me parece bien, la lectura es un hábito enriquecedor.

- Las reproducciones de los coches de Tintín. Roza la estupidez humana. ¿Quién en su sano juicio compraría un cochecito de Tintín? Quizás los Tintinólogos, que los hay. Pero el público general, no creo.

- Las tacitas de té en miniatura. Para las que no han superado la época de las casitas de muñecas.

- El barco velero. Para los que quieren aparentar manitas pero no tienen la paciencia de hacer uno con los planos, sino que se contentan con pegar las piezas en su sitio.

- Películas DVD en entregas de 2. Una película pasable y una mala. Por el precio de una y media. ¿Quién sale ganando? (Dejo la pregunta como ejercicio al lector).

A mi me gustaría ver los siguientes fascículos:

- Colección Sé Ecológico. Tu separador de basura y el fascículo por sólo 2.95 €

- Libros de Filosofía. La primera entrega con "República" de Platón y "Extranjero" de Camus ya en tu quiosco.

- Libro de buenos modales. Aprende a no ser un maleducado...

- Así funciona una ciudad. Construye tu propio modelo de explotación urbanística y contaminación atmosférica y aprende. Con la primera entrega un minigenerador de monóxido de carbono y una guía de especulación inmobiliaria.

¿Se os ocurren más ideas? ¡Adelante!

lunes, septiembre 13, 2004

Redescubrimientos

Es tan placentero reencontrarte con algún objeto tuyo que hace mucho tiempo que no veías. El otro día me encontré con un boli en forma de figura humana que usé cuando iba al colegio...hace ya más de una década. Como pasa el tiempo....y como nos habla que somos tan solo un microsegundo a escala cósmica. Tan insignificantes y a la vez tan únicos.

Otro redescubrimiento: entre mis apuntes del año pasado encontré una hoja con esbozos de poemas de hace un cierto tiempo. Como éste:

¿Y qué si no me sobresalta tu fantasma?
He aprendido a cerrar los ojos
a poner a buen recaudo mi cáliz
lleno de sangre y lágrimas

En días de primavera precoz
es cuando te necesito
mi amiga, mi desconocida Lídia
mi inconforme luz entre las tinieblas


y justo por debajo, escritos y subrayados, unos versos de ese gran poeta que fue Miguel Hernández:

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.


Desnudo bajo la lluvia...un triste corazón...

Quizás he entristecido sin querer el tono de este post. Pero, así me siento hoy. Triste. Y alegre por poder sentirme triste.

sábado, septiembre 04, 2004

El lago de Pontchartrain

Quiero compartir con vosotros un lugar de la Tierra que tiene un encanto especial para mi, aunque nunca haya estado en él. Se trata del lago de Pontchartrain, que se encuentra en la ciudad americana de Nueva Orleans.

Los indios lo llamaban Okwa-ta ("Agua ancha"), pero su raro nombre actual también tiene una explicación fácil. Es el apellido del ministro francés de Marina en la época en la que se descubrió el lago, Louis Pontchartrain. En 1718 se funda Nueva Orleans a la orilla del lago.

El lago fue muy contaminado durante los últimos 50 años, pero desde 1989 se está recuperando. De momento hay algunas zonas abiertas otra vez para los bañistas. El grupo ciudadano Fundación de la Cuenca del Pontchartrain promueve medidas ecológicas para salvar el ecosistema del lago.

El lago de Pontchartrain en los '50

Seguro que os estáis preguntando porque tengo esta fijación con el lago de Pontchartrain. La verdad es que no lo sé. Hace tiempo oí una canción que se llamaba "The Banks of the Pontchartrain" cantada por Gregory Page. Inmediatamente sentí una oleada de sensaciones placenteras, como si estuviera transportado en el lugar del que cantaba la canción. Como si pudiera ver esa chica criolla de la que se enamora el protagonista de la balada, pero que se mantiene fiel a su novio marinero.

Como el protagonista, brindo por la chica criolla y por el lago Pontchartrain. Y por todos los lagos del mundo...porque, desgraciadamente, cada día son menos.