jueves, diciembre 16, 2004

Mala educación

No, no voy a hablar de la última película del director manchego (lo siento si hay algún fan de Almodóvar decepcionado entre los visitantes). Voy a hablar de la mala educación de la gente que se ve hoy en día.

Uno de los motivos de este texto es haber bajado a la estación del tren en bus y haber visto como un padre alentaba a su hijo pequeño a vaciar su vejiga en el árbol más carcano, sin ningún reparo.

Vale la pena preguntarse si haría lo mismo con alguna de las macetas que tiene en su casa. Seguro que no. ¿Por qué entonces damos más valor a lo nuestro que a lo de todos? ¿Somos hipócritas o sencillamente egoístas?

El niño, dentro de unos años

Ese niño dentro de unos años, cuando salga con sus amigos de fiesta y el exceso de cerveza mande una señal de urgencia desde la vejiga, ¿dónde aliviarà sus necesidades orinarias? Sí, lo sabéis, en un portal o en una pared. Y luego el mismo padre se preguntará porque huele tan mal su calle.

El budismo enseña que todo lo que hacemos tiene un reflejo en el futuro. Para el padre de la criatura mencionada, seguro.

Hay más casos de la mala educación (o una completa falta de la misma) observable al lector perspicaz. Las colas para pagar, el transporte público, las retenciones de tráfico...cualquier reunión de gente diversa por alguna obligación ya da el caldo propicio a que aflore esa mala educación que llevamos dentro.

¿Rasgos de la sociedad posmoderna? Tal vez. Prefiero pensar que se trata de los frutos maduros de una educación demasiado irresponsable.

viernes, diciembre 03, 2004

Plegaria agnóstica

Un grito en la oscuridad que escribí hace unas semanas...

Plegaria agnóstica

Líbrame, Señor, de las tentaciones posmodernas
de pensamiento único y comida preparada
Aleja de mí este cáliz de cicuta dulce
y los tentáculos de la vida acomodada

Líbrame de plumas de medias tintas
líbrame de vivir a la sordina
aparta de mi los fantasmas de conformismo
no me robes las rosas con espinas

No dejes que la duda feroz me asalte
refuerza mi creencia en el mejor mañana
dora el pan de mis hijos y mis hijas
no les ocultes las estrellas lejanas

No me dejes cerrar los ojos
ante los que nos roban el aliento
en mi alma aviva el fuego

Ayúdanos, que andamos flojos
de cordura y de sentimiento
Haznos sabios, Señor, yo te ruego


'La esperanza' por Watts

Cada vez más siento propia la necesidad de ser bueno con los demás porque no sé ser malo. Además, creo que cuando uno es bueno, esa bondad profesada le repercute de alguna manera directa o indirectamente. Y si quiero que el mundo responda a mi plegaria agnóstica, debo dar ejemplo como los antiguos romanos:

FACTA NON VERBA (Hechos, no palabras)