miércoles, junio 30, 2004

Llamando a la musa

Llega un momento en el que uno mira hacia atrás y ve lo lejos que ha avanzado en su búsqueda de las respuestas que siempre le intrigaron. Uno mira hacia delante y ve lo lejos que quedan esos picos que prometen albergar las respuestas esperadas. ¿Se debería desanimar uno y contentarse con lo que ya tiene o, al contrario, perseverar en su intento de seguir avanzando?

No es fácil para mi hacer de mis cavilaciones un texto interesante y legible. Desorden es la regla de mi mundo interno. Antes de caer en los brazos de Morfeo, mil y mil imágenes inconexas cruzan mi mente y me pregunto si hay algún hilo invisible que las une de una manera sutil e imperceptible.

He caído en desgracia hasta en el corte de las Musas. Hace tiempo que sus manos no se posan sobre mis hombros y su sedosa piel no inspira mis palabras latentes pero vacías de contenido. Sin embargo sigo sonriendo, sabiendo que en el momento menos pensado volveré a oír los pasos tímidos de las sandalias de las musas detrás de mi. Son así de imprevisibles.

Voy a abrir el baúl de las visitas pasadas de mis musas. Buscaré una pieza digna de ser compartida con todos vosotros que escucháis a este bardo entonar sus palabras. Se llama "Post Mortem" y fue escrita para una chica de mirada profunda y risa burlona que llego a saber mal y tarde de que en ese momento era mi fuego, mis entrañas y mi aire. Este poema me trae los recuerdos bonitos, ya que los malos hace tiempo que los he olvidado. Ahí va:

Post Mortem

Ya he aprendido a cerrar los ojos
ante el espectro de tu memoria
He desterrado lejos a la euforia
y recogido todos sus despojos

Ya he despedido los atardeceres rojos
que cubrían mis tardes de gloria
No da más vueltas la decrépita noria
y cierro otra vez mi alma con cerrojos

Mas no consigo borrar la persistente
huella de la soledad que me oprime
exprimiendo mi sangre por tu herida

Ni adivino el placer que se siente
cuando sepas que se te exime
del dulce crimen de robarme la vida


Mis musas

Aunque sé que los caminos del destino son inescrutables a veces me dan ganas de poner un cartel en la solapa como este, para ver si las musas que me deben un favor se acuerdan de este adepto de Cupido y me guiñan un ojo en forma de una mujer:

SE BUSCA CHICA

Se ofrece puesto de dama de honor de mis sueños y de damisela de mis realidades. No es necesaria experiencia aunque no es descartable. Alojamiento gratuito en mi corazón y paga diaria de amor y ternura.

Se busca...

Requisitos:- saber hablar de todo y escuchar de más cosas aún
- sorprenderme robándole la mirada cada mañana
- no decirme lo mucho que me quiere, hacérmelo ver en sus pupilas
- ser capaz de sonreírle a la cara a la adversidad y dejar los malos pensamientos en la entrada
- no ser celosa de mis musas y a ser posible aspirar a ser una de ellas
- saber desgranar la fruta de la felicidad cada día
- hablar con fluidez la lengua de los enamorados
- imprescindible tener buen humor y ser optimista


Interesadas pueden dirigirse a la Calle Melancolía número 7, cruce con el Bulevar de los Sueños Rotos y dejar el CV con una mancha de rímel en el sobre en el buzón de las cartas sin enviar. El hombre del traje gris las recogerá puntualmente a la hora de los locos de atar.

(Gracias a Joaquín Sabina por inspirar este último párrafo)